viernes, 8 de agosto de 2008

Reflexión


En un arcón de cedro
con bastante desorden
descansan mis poemas.

Son mezclas de amor, desamor,
soledad, ausencias, fantasías
y abandonos desgarrados del ser
donde el alma vibra ansiosa
intentando ganar al tiempo
a toda costa la partida.

En algunos versos hay aroma
leve de episodios juveniles;
en otros hay perfume fuerte
de una vida feliz y plena.

Y en otros se vislumbra
una luz apagada, mortecina
de episodios totalmente trágicos.

Entre mis versos hay rosas secas
y alas de mariposa disecadas
que se irá comiendo la polilla.

Pese a todo, en la edad de hoy,
ya surcada mi piel por los años
me permito algún sueño

Anoche, desvelada, pensé mucho.
Hoy quiero hablar en serio con mi alma.
Hoy voy a convencerme plenamente
de que el mundo es también para mi
y que nada puede hacerme daño.


Isabel Febles Quevedo.

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